Una nueva forma de aprender

No estaba del todo seguro como es que había aceptado que esta ocasión la reunión fuera en su casa... bueno, era necesario que fuera así, pero aun así no podía evitar preocuparse un poco más de lo normal por todo aquello. Por otra parte... el cielo estaba tan hermoso, como si estuviese cobijando aquella reunión, sonrió al pensar en aquello, mientras sacaba los últimos papeles que necesitaba dejandolos en el escritorio de su despacho.

Estaba controlado, algo intranquilo solamente; sobre todo porque Damien, su Damien se había retrasado, bueno, seguramente ya no tardaría demasiado... ¿verdad?. Se sentó en una silla junto a una de las ventanas, observando el cielo nocturno, encantado con eso.

Miraba su reloj nuevamente, si bien ya abia recorrido esos pasillos y lugares eso no significaba que el era libre de correr, además no era del todo su agrado mostrar tal bajesa de elegancia al osar mostrarse como solo un "peon" lo realizaría. -rayos, ya es tarde, espero él no se moleste - musito mientras subia las escaleras con tono apresurado pero sin perder el hilo de la desencia y eduacion.
Correr en un lugar tan respetado se le hacia una verdadera falta de respeto, empezo a apresurar el paso, cuando llego al lugar se detubo fuera bien erguido y serio- ¿Puedo pasar? - espero paciente mientras escuchaba la orden de entrar.


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Bueno, empezaba a deseperarse un poco, a la persona que más necesitaba ya en ese momento aún no llegaba, y el tiempo avanzaba... había mucho que preparar aún, se levantó de la silla, caminando hacia un librero sacando un viejo libro de ahí, buscando calmar sus nervios.

Sien embargo algo llamó su atención, una presencia familiar, y los sonidos de sus pasos, sonrió para si mismo sin moverse de donde estaba, de pie, dando la espalda a la puerta y con el libro en las manos. Sabía perfectamente que el otro esperaba que le permitiese entrar, así que una de sus sombras se deslizó hasta la puerta, para abrirla, ofreciendole una reverencia a su consejero.

-Comenzaba a inquietarme un poco por ti, adelante-

Bien, si, si el otro se hubiese tardado una media hora más... no sabía en que estado lo encontraría, estaba inseguro sobre eso... y es que de verdad no le divertían las reuniones del clan, eran muchas cosas que preparar, tener todo listo... siempre lo estresaba aquello.

Agachó la mirada al verlo frente a si, siempre igual, siewmpre tan respetuoso... ni siquiera porque eran pareja cambiaba en esas actitudes... le incomodaba un poco, pero, sabía que así era Damien, y no tenía las intenciones de hacerlo cambiar, si el otro prefería seguirlo tratando de aquella manera a pesar de todo, no tenía inconvenientes. -Puedes ponerte de pie- Dijó dando un pequeño paso hacia atras dandole espacio para que se levantara. -Tenemos muchas cosas por hacer aún-

Al notar que Antonie le dío espacio, Damien aprovechó para ponserse de pìe, erguirse y acomodarse siempre las prendas, dando suaves golpes a su ropa asegurandoce de que la frase antes dictada fuera lo que le agradaba recibir de su señor:Una Orden.
Se quedó parado junto a su líder y colocó una mano en su cadera para poder colocarse detrás de el,sin previo aviso, se acercó abrazandole de la cintura, acariciando su estómago repegandose al cuerpo del otro para susurrarle en el oído.-Mi señor, Me permite hacer mi rutina de bienvenida?- terminó mentras se acercaba y mordisqueaba su oreja suavemente. Se separó con rapidez por si Antonie respondia de forma abrupta y es que tratandose de juntas le daba por golpearlo castigarlo , una actitud extraña pero que era por demás exitante para el pelirrojo. Aunque aquella rara inocencia,fragilidad, tímidez y dulsura que por escasas ocasiones el azbache demostaba no eran tan malas, al contrario ...Bipolaridad o tan solo cáracter reservado, actitudes que habían atrapado a Damien de forma segura.

Lo miró levantarse, con un gesto de desinterés y curiosidad al mismo tiempo, no podía evitar mirarlo mientras se levantaba, siguiendo sus movimientos; algo a lo que estaba acostumbrado desde hacía mucho tiempo. Desde que se había fijado en él, varios años atras, cientos de años.

Sintió aquél abrazo, sin oponerse a ello, sonriendo para sus adentros, pues aquellos brazos podían tener un efecto tan positivo en èl, que aun cuando estuviera a punto de matar a alguien por el estres, siempre lo calmaban. Ladeó un poco el rostro al escuchar sus palabras antes de sentir aquel mordisco.

Cerró los ojos por una milesima de segundo mientras sentía a Damien alejarse, desvaneciendose en un instante, para no darle tiepo de reaccionar y aparecer a sus espaldas, tomandolo por el cuello con el brazo. -Llegaste tarde... no creo que te lo merezcas- Dijo cerca de su oido dejando sentir su gelido aliento, rozandole el cuello con sus peligrosos colmillos antes de soltarlo y retroceder como si nada.

En verdad que el otro sabía como apresarlo y provocarlo, si no fuera por el pequeño detalle que era una junta de ese dia, en ese mismo momento le habria tomado sin miramientos.
Pero Damien no era del tipo de personas que esperan sin devolver los "favores", ya encontraria el momento, lugar y tiempo adecuado paara vengarse de Antonie.- Tiene razón,no lo meresco - Sonrió tranqilo,, con ese toque especial que solo el sabia conservar, no por nada era conocido por su sonrisa de muñeca. por ser fría, serena.impavida,msteriosa y sin un toque o rastro de emoción en ella,tal como sonrie una muñeca de aparador.

Aquello lo había hecho de manera intencional, sabía la forma de provocarlo, y estaba orgulloso de ello. Así era su caractér, acechador en ciertos sentidos, y sobre todo controlador en otros. Cosas que se entremezclaban con una parte muy distinta de su ser cuando estaba en compañia del pelirrojo.

Lo miró con cierto aire de desinteres y frialdad unos segundos al escuchar esas palabras, y mirar esa sonrisa. Aquella sonrisa era una de las cosas que lo habían atraido, tanto para tomarlo como consejero, como para tomarlo por pareja... ¿que podía decir? era simplemente cautivadora la frivolidad de ese gesto

El simple hecho de sentir la mirada ajena sobre el causaba cierto escalofrio en su cuerpo, desinteresada, fria, tal vez ese era el tono con el cual era observado, pero el conocía perfectamente lo que se escondia detrás de ese falso gesto, deseo, provocacion, laciva.

-Por cierto Mi Señor- Mientras sonreia con frivolidad caminó hacia el escritorio, el cual rodeó para poder mirar entre los cajones y tomar los papales que necesitaban. -¿Cree que los "viejos" estés desesperados por la tardanza?- Cuentionó mientras tomaba el folder y se acercaba a Antonie tomando un mechón de su cabello

La frialdad cambió por el sarcasmo y la ironia puesto que demian sabia de mñas y estaba consiente de que los miembros del consejo terminaban odiando la espera. Rie levemente y colocó su mano en la espalda baja de el azbache para insinuar que deberian manrchar, no sin antes colocar un beso en la corvatura de su cuello.

¿Qué podía hacerse? Sencillo resistirse, lo cual era dificil, lo deseaba, y sabía perfectamente que el otro sentía lo mismo... pero así eran las cosas entre ellas, una constante acechanza, provocación, el más perfecto juego de seducción.

- Es cierto... seguramente estarán malhumoraos por esperarnos- Comentó mirandolo tomar los folders, siguiendo sus movimientos, bueno... odiaba esas reuniones con el consejo, pero no se podían evitar.. le sonrio muylevemente ante el contacto con su cabello.

-Bueno, es mejor atenderlos... si es que queremos que la reunion termine pronto- Sintiendo un hormigueo en la piel por el beso en el cuello empezando a caminar, no sin un segundo antes tomarlo del brazo. - ¿Damien... te interesaria una pequeña apuesta?... sobre el nivel de malhumor de ellos... -

-Por que dice eso, si ellos gozan de una paciensia tan buena como la suya Mi Señor- Sarcamo en extremo, gozando de completo cínismo, aún cuando sabía que el otro bien podría golpealo o responder de manera agresiva a su consante forma de bromear,con su caracter no podía dejar de hacerlo

-jaja, solo si tengo la victoria segura- Carcajeó levemente al ir caminando, manteniendo ese contacto que Antonie habia establecido. -¿Cuál será el premio?-

Mientras lo llevaba tomado del brazo y caminaban escuchó su comentario inicial, y no pudo evitar fruncir el ceño un poco, despues de todo aquél sarcasmo no le había agradado en lo más mínimo, pero ya se vengaría... deslizó una pequeña sombra por la ropa del pelirrojo.


-Nunca confies en una victoria segura Damien... - fue su comentario primero mientras iban acercandose al gran salón donde ya estaba el consejo esperando -¿Te parecería bien una peticióin sin condición?... es decir, que si tu ganas podrás pedirme lo que gustes... y a la inversa- Explicó en el momento que la sombra que había colado rozaba la entrepierna ajena intencionalmente

- Si no han perdido la paciencia yo gano-

Justo sosotenia una sombria sonrisa cuando el otro hizo una bien colocada maniobra, ese invasor de ropa y espacio personal tendría su merecido asi como el dueño de la misma

-Entonces la condición es que cada uno pondrá su castigo si gana....-

Su rostro reflejó una sonrisa aún más pronunciada y marcada que las anteriores - Yo no me confio mi Señor,solo utilizo la información que tengo -
Bueno, tomando en cuenta que el pelirrojo había trabajado anteriomente para casi todos los miembros del consejo al menos tenia una idea y parte (la mitad)del consejo asegurada para su victoria.

-Me gusta su..peticíón-

Se mordió el labio con suavidad y delineó los ajenos con su lengua, separandose después de ese máximo toque que estableció. Empujó la puerta no sin antes anunciar sus precencias, en cuanto la puerta se entreabrio se percató de lo que habia dicho momentos atrás, la mitad del consejos....desesperados,impacientes,inquietos e intercambiando freases --Creo que..lo dejaremos en empate ¿No cree? - giró el rostro para mirar al azbache,

Notaba perfectamente esa extraña sonrisa en los labios del otro, y no le preocupaba. En realidad sabía perfectamente que los del consejo eran impacientes... es decir, contaba de antemano con su derrota, y el mismo la había buscado... ¿porqué? porque sabía que buenas cosas podían brotar de ella.


-Así es,,, el ganador elige el castigo, despues de todo... un verdadero caballero sólo apuesta por algo que valga la pena- Comentó antes de sentir aquél roze sobre sus labios, mirando al pelirrojo, casi deseando continuarlo... pero estaba seguro que por lo que le había hecho anteriormente el otro no lo iba a dejar así de sencillo, sin "desquitarse".

Miró la puerta entreabrirse, y miró a la mitad de los miembros sin una pizca de paciencia restante, sonrió de lado terminando de abrir la puerta. -Eso parece... aunque... - Miró a los miembros entrando en el salón, mirandolos en un fugaz recorrido. -Buenas noches, les pido disculpen nuestro retraso- Caminando hacia la amplia mesa en la que todos tenían su lugar, no tenía porque darles explicación alguna, por algo era el lider, se acercó a la silla de la cabecera sentandose con esos modales refinados tan propios de el. - ¿Les parece si comenzamos Estoy seguro de que la mayoría de los presentes deses terminar con esto pronto, así que seremos breves... Damien- Lo llamaba para que empezara a hablar como orador mientras se recargaba placidamente en el respaldo de su silla.

Caminó detrás de el azbache sin siquiera fijar su mirada en alguien más que no fuese él, algo que siempre hacia y que conservó desde el momento en que lo había visto por primera vez realizóestablecer única atención en Antonie.

-Muy Buena Noche tengan ustedes" finos caballeros" - Dijó inundando el salón con esa voz fuerte y recatada,agregando exceso de burla para con los demás(que carecían demodales y eran más "corrientes que su vocabulario) ya que gustaba de atacarlos con constantes frases que con si inigualable sarcasmo atacaban siempre al orgullo de los miembros del consejo,pasó de largo sin establecer un solo gesto de amabilidad o interés hacia los presentes, aún cuando las miradas lo atacaban implorantes de explicaciones y reproches, y era bien sabido que el pelirrojo había tomado "una nueva forma" después de que empesara a trabajar con el moreno, ya que tanto su rostro como su aura era completamente diferente sólo cuando estaba cerca del otro.

Siempre que se hallaba solo Damien no era más que un vil sujeto de frío proceder, conservaba su humor y constante forma de ser pero con ese toque reservado y distante de todos, colocando una barrera que nadie podía traspasar sin su permiso, un ser lejano, algo que no era simplemente imposible de percibir.

Siguió a Antonie como un guardaespaldas, se detuvó para mover la silla y ofrecerla a su líder para que se sentase. Cuando Antonie mencionó su nombre el pelirrojo asientió con la cabeza y una sonrisa de acatamiento, dió un paso al frente y se inclinó en un corta reverencia para los presentes. -Con su permiso- Estiró el brazo y en un sutil movimiento apareció de una sombra un folder negro (tan grueso que simulaba un libro) en el cual se hallaban papeles acomodados previamente por el.

-Estamos reunidos para hablar sobre los asuntos pendientes, Grenvery tu petición a sido rechazada, Leider hacerca de la solicitud para un nuevo rango aún está en debate, Rousmery la demanda de.. - Si no ubiera sido por el pequeño detalle de que Seiber su ex amo y el más viejo( y pervertido)de los miembros del clan le interrumpiese de forma tan abrupta Damien podría haber terminado con su tarea de orador

-¿Por que siempre que se trata de juntas ustedes tiene que tardar tanto//y juntos// ?, ¿ a que debemos el retardo de hoy Antonie?Yo que recuerde tu nunca fuiste tan impuntual //y pegado//cuando estabas conmigo Damien, ¿Tienen idea del tiempo que estubimos esperando?-

Miraba por unos instantes a los demás miembros del consejo, era su deber prestarles atención, simple y fría diplomacia. Estaba sentado, recargado con holgura, pero sin ser vulgar o descuidado, en el asiento de su silla, con el rostro recargado levemente en el dorso de su mano izquierda. Desde esa posición podía observar prefectamente a todos, y lo más importante, podía mirar discretamente al pelirrojo.

Los asuntos para la reunión empezaban a ser enumerados, cuando hubo una interrupción, y ladeó el rostro con gesto serio para ver de quien se trataba. Aunque no hacía falta mirarlo, puesto que conocía la voz y a su dueño.

Se levantó de la silla con gesto relajado pero mirada firme, aquella presencia que era la que le había hecho llegar hasta donde estaba ahora. -Mi estimado Seiber, me parece innecesaria su interrupción, puesto que, nos retrasamos por preparar los últimos detalles de la reunión- Adquiriendo una apariencia un poco más relajada, caminando justamente hacia él. - Además, que se dirá de mi, si teniendo tan ilustres huespedes no me tomara las molestias para atenderles como se debe- Inclinandose un poco hacia él, para solo ser escuchado por Seiber - ¿O acaso espera que les traiga ratas y humanos raquíticos como la última reunión en su hogar?-

Tras decir eso se eseparó con gesto complaciente, para volver tranquilamente a su silla. -Continua Damien- Mirandolo con calma, si eso no dejaba en claro los juegos de poder en el clan, tendría que tomar otras medidas, pero esperaba que con eso fuera suficiente.

El pelirrojo se detuvo para esperar a que antonie terminara de llamar al atención y acatar su mandamiento, el ojiazul rio de forma descarada solo entonando, enmarcando aun mas esa cínica sonrisa que tanto molestaba a los demás.
Esa forma de hacerse notar, enjuiciar y castigar l atraía de una forma brutal, discreta, directa, y atrofiantemente elegane, una capacidad que amaba y en verdad disfrutaba de el azbache. -Si, como usted ordene-

Dijo con una forma tan sumisa y tranquila reservandose el hecho de opinar,eso era algo que no estaba en el, se dedico a volver al tema en conversacion.-Como decia, Rosmery la demanda de gastos, alimentos para los el consejo es más que obvia...negada,¿alguna duda?-Unas cuantas miradas de vacilación se concentraron en el pelirrojo, pero bastó una sola de sus pupilas enmarcarse con un azul turqueza para calamar cualquier cuestionamiento.

-Bien, demos paso a lo que sigue- Dio un paso atrás y rozo delicada y discretamente el cuello de el menor, de su lider para indicarle que prosiguiera con la reunión.

Se sentó con serenidad, asintiendo levemente al pelirrojo cuando este acató la orden. Era cierto, no le gustaba que siempre lo tratará de forma tan respetuosa, pero no podía negar cuanto lo atraía esa "obediencia".

Sonrió un poco mientras el otro terminaba de hablar, conocía perfectamente los gestos que debía estar haciendo a pesar de no mirarlo directamente en ese momento. El silencio se hizo en el lugar, el que calla otroga bien se dice. Y habían acatado aunque fuera a regañadientes esas decisiones.

Un leve cosquilleo le corrió por el cuello ante aquél roze, el cual disimulo con apariencia indiferente, mirandolo un instante y aclarandose la garganta - Como saben bien, se acerca la fecha del conventillo- Quitandose un mechon de cabello del rostro - por lo que se espera que de manera voluntaria alguien ofrezca su morada- Comentó mientras con un toque de malevolencia movía una pequeña sombra a Damien, dejando sentir su frialdad en la oreja del pelirrojo. - Así que, sean libres de hablar- Mientras entraban algunos humanos, bellamente ataviados con unas botellas de vino

Mientras antonie continuaba hablando el pelirrojo se distraia pensando en quevo servicio podría desquitar su tiempo, aunque esas ideas se dispersaron en cuanto llegaron, ya que roce en su oreja le provoco un singular cosquilleo en la espalda y el estómago.

Solo se limito a sonreir, cuando los humanos entraron no puedo evitar "por educacion" observar y sonreirle de forma directa (y coqueta) a uno de ellos que amablemente le observaba.

Los sirvientes servían vino para los presentes. El mejor de Francia, saunque sabía bien que no todos en el recinto lo sabrían apreciar; sin embrago no era más que su diplomacia de manifiesto, y una posible cordialidad como anfitrión.

- Mis estimados caballeros, les pediré que no se distraigan aún... ya que nuestra reunión aún no termina- Dijo notando como varios miraban predadoramente a los humanos o las botellas. -Acerca del conventillo, si no hay un voluntario en los proximos 10 segundos yo lo decidiré-. Si en un consejo se hallaba alguna clase de democracia no era así entre los lasombra, o al menos no era algo habitual.

Mientras los miraba esperando llevó la copa a sus labios, dejando el líquido bajar por su garganta despacio y con cuidado tal que incluso le daba una apariencia frágil que pocas veces dejaba ver.

Fijó su completa atención en Antonie, acosandole formidablemente solo con sus iris esmeraldas de una forma que sólo ambos sabrían de quien y de que se trataba esa mirada. Recorría cada milimetro, centimetro y parte de esa nívea y tersa piel la cual tantas veces había tenido sin artarse o arrepentirse de ello, deleitandose con cada una de las facetas en que había osado tocarla

Mientras Antonie hablaba el pelirrojo se acercó a la puerta para hacer posesión de una de las copas ofrecidas en la bandeja que sostenía el mesero, sin embargo observó que el humano se encontraba bastante atareado y confundido,tal vez era su primer día sirviendo en un "evento elegante" o al menos eso era lo que suponía. - Tranquilo, lo estás haciendo bien - dijo el ojiverde bastante cerca de el oído del otro, el cual en vez de sentirse mejor sólo tubo un certificado y notorio ataque de nerviosismo, algo que el vampiro sabía lograría. Aunque siempre con tono y movimientos discretos, si Antonie lo atrapaba conversando mientras éste hablaba tal vez le llamaría la atención por que se consideraría como una "falta de respeto" por lo que damien trató de disimularlo, aunque fue en valde

-haa...haaai.. -
Respondió el humano(un chiquillo que no aparentaba más de 19 años)

Spoiler:

con un tono fuerte e infantil, dado el trato extremadamente amable departe de el mayor. Lo que provocó que la mayoria de el consejo fijara su mirada por escasos segundos sobre el inocente.

Damién sonrió travieso por la reacción del humano,se acercó terminando con al escasa distancia y colocó su mano en la cintura del menor -Ven...te ayudaré con las demás copas - le regalo un guiño guiandole hacia afuera de la recepción. Después de todo la reunión iba para largo y al parecer Antonie le necesitaria por el momento...¿o..si?, no estaba mal ir a "distraerse" un rato.¿Que podría pasar?

Sabía que era mirado y sabía por quien, pero dejó pasar el momento, con un sentimiento de satisfacción por llamar su atención. Sin embargo no era momento para dejarse distraer por ello, aún si deseara irse de ahí en ese momento y terminar lo que empezaron antes en la oficina.

Pero no pasó desapercibido para él que Damien salió de la habitación, y tuvo que ocultar su gesto de disgusto, mirando a los demás miembros del consejo unos segundos. -Pasaron los diez segundos... Leider, tu serás quien reciba el conventillo... espero algo a la altura de las circunstancias... como se esperaría de alguien que busca un nuevo rango-

Dió otro pequeño trago a su copa, antes de ponerse de pie, mirandolos. - ¿Les apetece un receso?- Los humanos que habían servido el vino salieron todos de la habitación sin excepción, y de las sombras salieron otros, de apariencia más jóven, y que obviamente estaban siendo manipulados -Sean libres de beber cuanto les plazca- Y antes de cualquier respuesta salió de la recepción, estando ahora en el pasillo volteando a ambos lados, buscando.

Leider realizó un gest en el cual se fusionaba el disgusto y el placer, no sabía si en verdad había sido del todo esa la razón por la cual había sido elegido, pero ya no podía denegar.

Caminaba por el pasillo acompañando al menor el cual se encontraba bastante sonrojado debido a la atención con la que Damien le trataba sin detenerse llegaron a la cocina, el pelirrojo empujó la puerta para darle acceso al rubio -¿es tu primer trabajo?- dijo con una sonrisa mientras dejaba que el otro entrara - Ha..hai - contestó el menor tragando saliba con dificultad, pasó a el cuarto y se dirigió a el almacén donde estaban las botellas de vino, sin embargo se habían agotado y trató de alcanzar las de la alacena superior sin mucho exito, tomó un banquito y se subió en el teniendo en sus manos la botella, pero al bajar resbaló por lo que el ojiverde se apresuró a atraparlo entre sus brazos. -Debes tener cuidado...o nos cobraran los daños.. -agregó bromista mientras le cargaba a lo que el chiquillo respondió asentando con la cabeza extremadamente rojo.-no quiero que tal belleza sea dañana -travieso, coqueto y definitivamente cautivador era algo que no podía dejar de ser , aún cuando solo fuese un insignificante humano al que tubiera enfrente.